Ellos, viven arrastrando sus temores, no lo dicen, pero tienen miedo a:
-Un fracaso.
-A no cumplir como hombre.
-A que los rechacen.
-A que los juzguen.
-A que los traicionen.
-A que los abandonen.
Se les ve siempre como el sexo fuerte, indomable, imbatible y tienen qué demostrar su fortaleza y valentía para sacar a la familia adelante, para darles protección y cobijo, No solo desean ser vistos como el proveedor del hogar, también sienten, aunque muchas digan que son como piedras, ellos tienen su lado infantil y les gusta que los mimen, que les demuestren amor, que los abracen y besen.
Ellos también tienen sueños inalcanzables y fantasías. Hay dias que quieren estar solos, ser comprendidos, ellos también se rompen.
Son de pocas palabras, pero de muchos sentimientos. El que algunos no sean detallistas, no quiere decir que no amen con intensidad a su pareja, solo lo demuestran de otras maneras, que muchas de las veces, pasan desapercibidas para las mujeres, y les destrozan el corazón. Muestran un rostro sereno, apacible, pero a la hora de amar, dejan a un lado sus esquemas y se entregan en cuerpo y alma a la mujer amada, mostrando su potencia y virilidad, eso sí, apenas oyen la palabra "doctor", se vuelven niños indefensos y les entra un pánico, no se diga si se trata de aplicarles una inyección, ahí son seres dóciles, frágiles, tiernos y hasta parece que se está acabando el mundo en esos momentos para ellos.
Los hombres inteligentes escuchan a las mujeres con atención, que aunque no paren de hablar, ni estén de acuerdo con lo que ellas dicen, prefieren abstenerse de opinar, no contradecirlas, porque saben que si lo hacen, se arma una revolución que no podrán ganar. Ya cuando están en calma, les exponen los puntos a favor y en contra y llegan a un arreglo, con mucho amor y paciencia.
Ellos, como algunas mujeres, desean encontrar una buena persona, que los acompañe a transitar el duro camino de la vida.
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