Aquí
voy: “Supongo, sí, supongo que nadie quiso, nunca, que yo sintiera tanto amor,
sí, supongo que nadie me decepciono a la misma vez que me enamoro, sí, supongo
que te amo demasiado, o, tal vez, es el sentir de que no puedo tenerte, sí,
supongo puede ser eso, está bien, ya no me escribes, supongo que así es mejor,
sí, supongo puedo estar equivocado, supongo que jamás alguien puede morir
realmente de amor, sí, supongo que seguramente nadie me hizo tan feliz como lo
fui contigo, sí, supongo muchas cosas pero, está
bien, siempre puedo equivocarme, siempre puedo caer en un abismo y lamentarme,
o, también, puede tenga razón, razón en que sólo me enamore demasiado y solo.
Está bien, supongo, a ti puede no importarte, pero también supondré que sí
puede importarte, porque puedo, puedo suponer muchas cosas, pero jamás sabré si
tengo la razón. Supongo que todo tiene un fin, pero, supongo que ya tú elegiste
ese fin, aún yo no lo elijo, y supongo que no quiero hacerlo. Supongo que eres
de esas que no se pueden olvidar. Está bien, basta de suposiciones, supongo
muchas cosas y hasta algunas no me importan, solo me importa amarte, y eso,
cielo de millones de estrellas, ya lo hago.
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