Si he de morir,
que sea en tu recuerdo, abrazándome al frió de tu adiós, siempre teniendo la
esperanza de encontrarnos de nuevo en algún lugar, en otra vida...Donde los
demonios del miedo y el falso querer no se conviertan en paredes, donde el
cariño que tuve para ti no pudo atravesar...Si he de morir, que sea aferrado a
tus ausencias...Las que dulcemente acompaño con café y las ruinas de mis
memorias y sus reflejos...
Extraído de "Muerte en cada cigarrillo y un
café"
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