Cuando
escucho tu voz, el silencio es mi universo. Es tu voz quien despierta a la roca que habitaba a la orilla de la cascada,
aquella que prometió no ir más contra la corriente, y de tres siglos recogió el
agua de sus emociones. Ahora la escucho decir “No, esta vez no”, y es el eco,
que entre mis recuerdos, entre las fisuras que no lograron fragmentarme; vuelve
a decir: “esta vez no”, no habrá cielo que estas alas no surquen ni acantilado
que no explore, si en tus abismales ojos es donde nazco y es tu cuerpo me
último refugio.
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