viernes, 15 de enero de 2016

Perdón amada mía.

Perdón amada mía por llegar tarde a la cita en el parque y nunca haber podido hablar de un altar, perdón por dejar; que nos venciera la pereza o la cruda realidad, perdón por permitir que nuestro amor se evaporara y dejar que el oxigeno nos ahogara y que las promesas incumplidas se quedaran, perdón por este corazón indomable y loco, y por las noches de insomnio donde quedaste desamparada, perdón por la sal en las heridas, por llorar a escondidas y por estas cicatrices que quedaron de mis tiempos de suicida, perdón por no tener la esperanza de un futuro mejor y de no permanecer a tu lado cuando nuestras decisiones nos hundían en medio del adiós...

Extraído de "Muerte en cada cigarrillo y un café" 

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