Me cansé de esperar, de esperar la respuesta a un saludo, de esperar tu mirada en mi mundo, de esperar que lo mío sea tuyo, de sentirme ridículo de conversaciones a medias, de llamadas sin respuestas, de tiempos perdidos de amigos primero, de falsas comedias, de “Te Quieros” perdidos, de quedamos mañana que nunca llegan, de caricias prohibidas, de respuestas sombrías, de estar tantas horas pegado al teléfono sintiendo que de mí no te acuerdas, de que tu tiempo no es mío, de oportunidades vacías y de tantas poesías que si dormías yo hacía pensándote cerca.
Me cansé de que mientras yo acumulaba esperanzas, tú alargabas distancias, y sabes qué? Que mientras espero me hielo, mientras a otros sonríes yo muero, tus prioridades me dejan despierto, mientras tú duermes yo velo, mis “Holas” van seguidos de silencios…
No te culpo, sólo te cuento, te cuento que siento dolor, dolor con tormento, te cuento que te has perdido mis buenos momentos, que cuando veo todo eso ya no sé lo que siento, que se me han acabado las fuerzas y no quiero seguir sufriendo, que creo que es injusto que no me dediques al menos lo que a los demás…
Espacio abierto para los amantes de las letras, para los que gusten deleitar de pensamientos, poemas de amor y desamor.
miércoles, 23 de marzo de 2016
Me cansé de esperar.
lunes, 21 de marzo de 2016
Quiero un amor.
Quiero un amor inmenso, absurdamente grande. De esos que te hacen sentir que se te desborda por todos lados. De esos que te hacen sentir un idiota a la mitad del día, cuando te descubres sonriendo sin razón y la gente te mira con cara de “pinche loco, ¿qué no se da cuenta de lo jodido que está todo?”
Tan grande que opaque lo malo, lo empequeñezca, lo haga estúpido. Tan grande que me de causa y me mueva hacia adelante. Tan grande que llene cada aspecto de mi vida.
Quiero un amor sin herida. No quiero cargar a alguien. No quiero hacerme responsable de la felicidad de una persona. No quiero llenar un hueco o suplir una carencia. No quiero ser el enfermero constante de un corazón que no sana por heridas pasadas. No tengo ganas de ser absorbido por una herida profunda que no quiere sanar, sino jalar hacia adentro, a quien se deje.
Quiero un amor sin historia, para poder escribir una propia. No quiero ser sólo el actor secundario de una historia ya empezada, sino el protagonista y el escritor de una historia que apenas empieza. Quiero construir una vida, acompañado de una mujer increíble, no sólo sumarme a la fuerza a una vida que no quiere acompañantes.
Quiero un amor a medida, hecho para mí, con lo que yo quiero y necesito. No uno que se trate de adaptar a formatos y reglas sociales. Quiero un amor a medida de quien esté conmigo, que la haga sentir libre, cómoda, feliz. Un amor a medida no sólo para mí, sino para los dos. Un amor que fluya con las necesidades de ambos, que crezca con los sueños de los dos. Un amor que se construya exclusivamente con las manos de los dos involucrados, los dos que lo van a vivir y a disfrutar.
No quiero un amor que cuestione, sólo para no entender la respuesta. Quiero un amor que me cuestione y me rete, que me incomode y me saque del letargo. Que pregunte todo lo que necesite entender, con el corazón abierto para asimilar la respuesta. Un amor que me rete, para después darme la mano si no puedo sólo. Un amor que me incomode, sólo para ayudarme a crecer, y me empuje.
Quiero un amor que mire de frente, hacia delante. Un amor que no viva buscando atrás, en el pasado, las repuestas que apenas se tienen que construir. Un amor que sepa perdonar los errores, y no los guarde como moneda de cambio. Un amor que pueda ver esperanza en el futuro y no sólo cargue los fracasos del pasado. Uno que pueda ver mas allá de los obstáculos y quiera sortearlos conmigo.
Quiero un amor que sea suficientemente fuerte para superar cualquier crisis. Uno que no se esconda ni se haga chico cuando las cosas no son sencillas. Uno que asuma su responsabilidad cuando aparecen los retos. Uno que no salga corriendo con las amenazas ni los cuestionamientos. Uno que siempre salga más fuerte y sólido que las dificultades.
Quiero un amor que no busque salida, que no se aburra de mí, que se transforme y se adapte. Uno que parezca un loco dibujo lleno de colores y formas, que cada que lo miras aparece algo diferente. No quiero un amor que se sienta obligado a quedarse a mi lado, por compromisos sociales o religiosos, y tenga todo el tiempo los ojos buscando una salida, después de un tiempo. No quiero la angustia que provoca tratar de retener a alguien que no quiere estar conmigo.
No quiero un amor que me cueste la vida. Uno que me haga sentir que dejé todo lo que soñaba y aspiraba, a un lado. Sé que no puedes tenerlo todo, al mismo tiempo y en el mismo lugar y en el mismo momento. Esa es una aspiración infantil. Madurar implica reconocer que en un momento determinado puedes tener algunas cosas que quieres, y otras no. Pero no quiero un amor que me obligue a renunciar para siempre a eso que me hace feliz o me causa placer. Quiero uno que me ayude a encontrar el momento adecuado y la forma correcta de vivir y tener aquello que quiero.
miércoles, 16 de marzo de 2016
Seres extraordinarios en las redes.
Es un verdadero milagro encontrar por estos lugares, personas afines a nosotros, que nos comprenden, que nos ayudan a crecer, nos regalan su sabidurīa e intercambian ideas, pasatiempos, culturas.
A lo largo de mi paso por las redes, me he encontrado con gente maravillosa, con las que he reīdo, llorado, me he enojado, he soñado y volado, pero que han dejado huellas imborrables en mi existir y aunque no he tenido la oportunidad de estrechar una mano, dar un beso o abrazo, he sentido muy cerca su esencia, su calor, su sincera amistad.
No hay personas invisibles en las redes, existen algunos seres extraordinarios con mucho para dar y de quien aprender.
Trata de dejar un bello recuerdo en las personas que conoces aquī, asī, un dīa, dirán que fue un placer haberte conocido y te recordarán con cariño.
jueves, 3 de marzo de 2016
No quiero una princesa...
Estoy harto de las princesas de hoy en día, por favor vida, no me traigas una princesa con tu viento; te suplico no lo hagas.
No quiero una doncella de pensamiento seco, de intelecto muerto, de paraísos y jardines de colores, de castillos invencibles y caballeros honorables.
En verdad no quiero una bonita con cabeza hueca, llena de mierda esperando un beso de amor y un amor rosa, de rosas y chocolates, de perfumes y buenas tardes.
Te suplico con todas mis fuerzas que no me arrojes a los brazos de una niña buena, que no me enrede en el cabello bien cuidado de una princesa, que no bese unos labios pintados de una sonrisa fingida y un cuerpo estereotipado.
Pido al cielo que no venga una dama con corona y manos que no tocan, que no arden, que no juegan, que no sienten, que no hay nada.
- ¿Qué carajos quieres entonces? Me preguntan.
Quiero una mujer que sea una guerrera, una loca, invencible, que sea audaz,que tenga ideas propias, una perversa, que sea una mujer libre.
Busco a alguien que brote entre lo adverso, que luche como una perra, que vuele alto y alcance sus metas, que ame como una fiera, que bese como si nunca más pudiera.
Alguien que escuche como hace un sordo, que vea como un ciego, que toque como un manco, que no se limite a lo que no puede y no sienta.
Entrégame un demonio vestida de mujer, que no le asuste el infierno en llamas, que no tema a la gloria que uno llama. De esas que te llaman para decir te quiero y cuelgan, de esas que escuchan y hablan, aconsejan, callan, observan, entienden, analizan y nadan contra la corriente que marca una sociedad armada y falsa.
Te propongo me entregues una mujer que muerda los labios, que vea el alma, que sonría desnuda porque realmente se ama, que esté conforme con el reflejo del espejo, que no esté llena de complejos.
Qué bello sería encontrar alguien que disfrute de una poesía sin rima, de literatura hecha entre una vida devastada, del baile natural sin melodía mas que el ritmo que nazca entre las dos almas.
Si alguien lee esto y entonces eriza tu piel, eres la indicada. Hay alguien que te aguarda con los brazos abiertos para estrujarte en un abrazo, con los labios secos para besarte los miedos, con la atención indicada para curar las heridas, con las caricias suficientes para tocar tu cara, con las miradas necesarias para guardar cada gesto, con el amor de un idiota para esto, el otro y lo que falte.
Quiero un demonio de mujer que muerda, que arañe, que rasguñe, que rompa en llanto como un cántaro, que ría como un niño en Navidad, que extrañe como se extraña a un alma perdida, que sea fuerte como la bala que avanza y cobra vidas, que sea puta, que sea como es ella cuando nadie la está viendo.
No quiero una princesa...
– Domingo Núñez Jr.
Tú y yo ya nos hemos olvidado antes..
-Mario Benedetti